Eres lo que mides: ¿controlas los datos o los datos te controlan a ti?
Cada interacción genera datos. Cada transacción o compromiso se puede convertir en un número, una estadística lista para ser analizada, agregada a un informe o convertida en un plan de acción. Los datos son el petróleo que mantiene en movimiento la economía mundial. Necesitamos datos para obtener información, generar hipótesis y actuar sobre ellas para tomar las decisiones vitales que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.
De hecho, hoy en día, sin la recopilación sistemática de datos, la mayoría de las empresas dejarían de funcionar.
Pero quizás ha llegado el momento de reevaluar nuestra relación con los datos y hacernos la pregunta: ¿la forma en que usamos los datos a veces nos impide ver el panorama general?
La paradoja de los datos
La paradoja de los datos es clara: cuanto más «ruido» generamos, más difícil puede ser escuchar lo que es realmente importante. El mayor desafío para las empresas ricas en datos en la actualidad es saber cómo analizar todo e identificar las tendencias que pueden ayudar a generar valor. Un estudio reciente mostró que el 70% de las empresas generan datos más rápido de lo que pueden analizarlos y usarlos.
Es cierto que las métricas, y especialmente las tendencias que nos ayudan a detectar, nos permiten mejorar continuamente nuestras estrategias y afinar nuestra toma de decisiones. Pero al mismo tiempo, recopilar demasiadas métricas puede ser un esfuerzo en vano si esos datos terminan en informes que nadie lee, no se utilizan para la toma de decisiones o no se comparten con los equipos.
La mayoría de los datos recopilados por las empresas son cuantitativos: desempeño financiero, análisis de costes, número de clientes, horas facturables y personas del equipo. Pero, cada vez más, nos damos cuenta de la importancia de generar indicadores cualitativos en las organizaciones: satisfacción del cliente, salud y bienestar de los empleados y dinámica de equipos.
Los líderes exitosos saben cómo profundizar la lectura de datos, leer los balances y crear indicadores que les permitan verificar el progreso de los objetivos estratégicos y facilitar la predicción.
Pero para generar estos datos, pedimos a todas las personas de todos los niveles de nuestra organización que participen, rellenando formularios online o soltando documentos en las casillas de sus pantallas. Por lo tanto, debemos hacernos la pregunta: ¿cómo podemos evitar que la recopilación de datos se convierta en una tarea más automática en el trabajo? ¿Cómo podemos generar una conversación interna sobre los datos que ayude a todos en la organización a comprender su valor?
Si podemos alentar activamente a nuestros equipos a comprender y participar mejor en su recopilación, podemos comenzar a hacer la transición del volumen de datos al valor de los datos.
Del volumen de datos al valor de los datos
Si deseas conocer una organización, solo échale un vistazo a sus métricas. ¿Dónde está el foco? ¿Y qué nos dice sobre los valores y la cultura de la organización?
Lo que elegimos medir realmente nos describe. Los datos que aparecen en el dashboard resaltan lo importante en la empresa: un mapa de valor y aspiración. La mayor parte de la recopilación de datos se centra en tratar de obtener valor inmediato para una empresa y eso a menudo puede conducir a un enfoque de maximización: cuantos más datos se recopilen, mejor.
Pero a veces, las empresas pueden olvidar de priorizar otra fuente de información vital: los datos que impulsan a tus equipos e informan tu cultura. ¿Hay suficiente enfoque en generar los datos que les ayudarán a transformar la cultura de la empresa, mejorar el desempeño del equipo y, en consecuencia, ayudar a la empresa a impulsar la productividad?
Esos datos están ahí afuera, esperando ser medidos, cada vez que iniciamos sesión en nuestras pantallas y nos unimos a nuestros equipos para trabajar juntos. Y estos datos, basados en la interacción humana y la inteligencia del equipo, deben ser transparentes, claros y procesables.
Hacia un enfoque ágil de los datos
En el mundo de las metodologías ágiles existe una tensión interesante entre recopilar las métricas y, a su vez, no gastar demasiado esfuerzo en hacerlo. También existe una tensión entre el uso de datos para el control y la predicción o para el desarrollo y la experimentación en equipo.
Herramientas en línea como TeamEQ hacen un esfuerzo consciente para eliminar la pila de datos que suelen acumular día a día las empresas y desarrollar métricas más transparentes que nos permiten comprender mejor la evolución de los datos. Esto permitirá al equipo comprender su papel y aumentar tanto su autoconocimiento como su sentido de bienestar porque los datos se generan gracias a la participación de todos.
¿Quizás es hora de que tengamos una nueva conversación sobre los datos y comencemos a generar la información valiosa que puede ayudarnos a impulsar una transformación real en nuestra organización? No solo en cómo podemos generar valor económico, sino en cómo podemos construir capital humano.
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