¿Sabes qué tipo de líder eres? Reconoce entre estos 6 estilos cuál es el tuyo
Lee con atención las siguientes afirmaciones:
- Cumplo con las tareas dando instrucciones concretas y precisas
- Trato de construir un compromiso a través de la comunicación
- Intento crear armonía entre las personas y manejar posibles conflictos
- Intento aumentar el rendimiento y establecer altos estándares de excelencia
- Trato de empoderar al equipo en el desarrollo profesional
- Trato de inspirar al equipo proporcionando dirección y visión a largo plazo
Si tuvieras que eligir una de estas opciones, ¿cuál sería? Según el número que hayas escogido, descubrirás a continuación qué tipo de líder eres, según la clasificación de Daniel Goleman, psicólogo y autor del bestseller «Inteligencia Emocional».
1. Autoritario:
Este líder hace que prevalezca la disciplina en el equipo, para ello, emplea instrucciones concretas y precisas. Es efectivo en situaciones de mucha presión o crisis y su objetivo primordial es conseguir los mejores resultados en tiempo récord.
Su punto débil es que, a largo plazo, puede destruír la motivación y el compromiso del equipo. Incluso en muchas ocasiones hace que el talento huya de la compañía.
Este estilo es muy útil cuando se presenta una emergencia o cuando se realiza una tarea compleja en la que no hay espacio para el error.
2. Democrático:
Toma en cuenta la opinión de todo el equipo a la hora de tomar una decisión. Es decir, el líder está siempre abierto a recibir propuestas y sugerencias. Esto hace que el equipo se sienta importante para la compañía.
Sin embargo, esta situación podría transformarse en una inversión de tiempo mayor a lo previsto, una multitud de reuniones y hacer más larga la toma de una decisión.
Es útil cuando se tiene un equipo multidisciplinar, para cerrar acuerdos entre equipos y sacar adelante proyectos.
3. Afiliativo:
Crea lazos en los miembros del equipo y una buena relación entre ellos. Desarrolla vínculos tan cercanos con sus colaboradores que ellos se llegan convertir en su «familia». El objetivo es crear un ambiente humano que estimule a los trabajadores.
En este estilo de liderazgo se crean buenas relaciones personales dentro del equipo pero se suelen olvidar los resultados.
Es ideal cuando el equipo que se va a liderar es nuevo para el líder porque genera confianza y un buen clima de trabajo.
4. Timonel:
Tiene claro el objetivo de cada proyecto. Marca pautas muy concretas, delega tareas, monitoriza, corrige y dirige a todo el equipo.
Si no está el líder, el equipo se queda sin rumbo porque él juega un papel protagónico.
El riesgo es agobiar a los colaboradores por las exigencias del líder. Además, en ocasiones, acorta el talento y desarrollo profesional porque no impulsa el cambio dentro de la organización.
Muy eficaz cuando el líder es un experto en un tema específico y el resto del equipo debe aprender de su experiencia.
5. Coach:
Ayuda a encontrar los puntos fuertes y débiles del equipo para luego desarrollar todo su potencial. Genera un ambiente de constante crecimiento conjunto. A su vez, permite márgenes de error porque comprende que es necesario estos espacios para cubrir procesos y cambios clave.
En algunos casos, los trabajadores se pueden sentir abrumados debido a las tareas desafiantes o a no llegar a cubrir las expectativas del líder.
Este estilo de liderazgo funciona bien si el equipo es consciente de sus puntos de mejora y desea mejorar su rendimiento.
6. Visionario:
Motivan a su equipo mediante una visión clara, emocionante e inspiradora. Genera un gran compromiso hacia los objetivos de la compañía.
Si el equipo está formado por personas que cuenten con mayor experiencia que el líder, puede que se generen conflictos internos.
Muy efectivo cuando un equipo está desmotivado, sin rumbo fijo; o cuando la organización atraviesa por una etapa de cambios transcendentales porque logra desarrollar entre todos una alta motivación e implicación.
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