¿Pueden el propósito y los valores ayudarnos a reforzar la confianza en la era del trabajo en remoto?
Por Simon Paterson, Brand Development Guru y Fundador de Paterson Associates
A estas alturas está claro que el Covid-19 ha formalizado el trabajo en remoto como la nueva normalidad. Y para que el trabajo en remoto funcione, el reto de los líderes es gestionar sus equipos en remoto y saber cómo se sienten, tanto a nivel individual como colectivo.
Pero existe un gran riesgo de que la confianza se rompa entre las personas, sus colegas y sus empresas. La empatía es uno de los pilares de la confianza. Incapaces de sentir la camaradería física del equipo, las personas se esfuerzan para compensar esa sensación de debilidad por no estar en la oficina y no ser capaces de compartir esa empatía.
Antes del Covid-19 la gente consideraba la confianza y la empatía como el pegamento de su trabajo, ahora se esfuerzan más que nunca en desarrollar la confianza entre ellas a pesar de las limitaciones de trabajar en remoto. Sin embargo la gente también ha descubierto la poca confianza que los managers tienen en sus empleados y la poca confianza que la gente se tiene a sí misma. El alza de la digitalización junto con la sensación de disociación individual que conlleva el trabajo en remoto está haciendo que la gente no tenga una sensación tangible y real de su trabajo o su valor. Sienten que sus esfuerzos ya no están conectado a una empresa más amplia de la que todos forman parten y donde sus contribuciones son reconocidas y valoradas. Ahora más que nunca la gente necesita sentirse segura, vista, escuchada, respetada, confiada y conectada con algo en lo que puedan creer y pertenecer. La creencia y la pertenencia se dan más en organizaciones con un propósito inspirador y unos valores que comparten y viven a diario.
El propósito importa porque define el por qué existe la empresa y por qué a la gente le tiene que importar. Les recuerda a las personas por qué se levantan todas las mañanas y van a trabajar y les ayuda a distinguir entre lo que deben hacer y lo que deberían hacer. Esto significa que cada vez más las empresas son conscientes y tienen un propósito consciente (uno que tenga en cuenta al planeta, las personas y el beneficio por ese orden). Por ejemplo la marca de ropa Patagonia es probablemente una de las empresas guiadas por el propósito más conocidas y en quien más se confía. Su propósito es simple:
“Hacemos negocio para salvar el planeta”
La razón por la que se confía en ella es porque viven su propósito a través de sus valores compartidos entre su gente. Sus valores son:
“Crea el mejor producto. No causes daños innecesarios. Usa el negocio para proteger a la naturaleza. Libres de convencionalismos”
Es por esto por lo que tienen una plantilla muy leal. Cuando apareció el Covid-19 tomaron decisiones para proteger primero a su gente. Han sido los primeros en cerrar sus tiendas y de los últimos en abrirlas.
Como dijo su anterior CEO Rose Macario en una entrevista en mayo el New York Times:
“Hemos sido de los primeros en cerrar y probablemente seamos de los últimos en abrir totalmente, no me importa. Estamos haciendo todo lo que podemos para asegurarnos que nuestros empleados están cuidados de la mejor forma posible y tomaremos más decisiones cuando sea el momento”.
Además de dar la oportunidad a los líderes para que monitoricen la situación emocional de sus equipos, tanto a nivel individual como colectivo, las plataformas como TeamEQ refuerzan en su gente la sensación de un propósito y unos valores compartidos. Ayudan a los líderes a que reconozcan la contribución de su gente y les reconecte a la empresa y les ayuda a tener más confianza en sí mismos, a estar más conectados con sus colegas y a ser más valorados por la organización.
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Ph: Unsplash