En los últimos meses hemos aprendido un montón sobre nosotros mismos y nuestros compañeros.

Hemos tenido que superar nuevos retos, afrontar nuevos paradigmas organizacionales y dar más apoyo aún a nuestros equipos tanto a nivel profesional como psicológico. El Covid-19 nos ha forzado a reconsiderar algunos aspectos fundamentales sobre nuestra forma de trabajar y de relacionarnos. El peligro ahora es que, viendo la luz al final del túnel, olvidemos todo lo aprendido. 

Muchos tenemos sensaciones opuestas cuando pensamos en la nueva normalidad. Nos alegra poder volver pronto a una realidad más estable y familiar y también nos invade la sensación de pérdida y la duda.  Lo cierto es que casi ninguno nos sentimos aliviados, ni siquiera aquellos líderes que han logrado superar la peor parte de esta crisis.  

Paradójicamente, cuando nos vemos forzados a superarnos y confrontar situaciones difíciles pueden suceder cosas maravillosas. En muchas empresas, la necesidad de inmediatez ha generado nuevas formas de colaborar con mecanismos más ágiles de toma de decisiones, reuniones más eficaces y una mejora en la comunicación. Muchos hemos agradecido la libertad de organizar la jornada laboral desde casa y las interacciones con el equipo más informales y relajadas.

Quizá en un futuro nuestros equipos echen de menos el sentimiento profundo de pertenencia y comunidad experimentado durante el confinamiento. Por eso deberíamos comenzar a plantearnos cómo mantener esta nueva forma de trabajar y la sensación de inmediatez y comunidad generada durante la pandemia mientras que mitigamos sus consecuencias negativas. Sería una pena volver al horario obligado de 9 a 5. Debemos asegurarnos de que la nueva normalidad sea realmente nueva. 

Las herramientas que nos pueden ayudar en esta “fase de recuperación”

Lo que parece claro es que la crisis no ha terminado, simplemente comienza una nueva fase. Nuestros equipos regresan a un mundo incierto, tanto a nivel mental como económico. Están experimentando las sensaciones de pérdida y desmotivación características tras una experiencia traumática.  Ahora más que nunca es primordial que los líderes sepan cómo se sienten sus equipos a nivel individual y colectivo. Monitorizar su bienestar y ser capaces de reaccionar rápido ante cualquier reto nos ayudará a salir fortalecidos en esta nueva fase.

Las empresas ágiles y con éxito verán este momento como una oportunidad de continuar la transformación cultural de sus negocios mediante una mejora de la escucha, el feedback y los datos en tiempo real. Anteponer el bienestar de sus equipos les dará una gran ventaja empresarial.  

Tú decides: ¿Volvemos a la normalidad o creamos una nueva? 

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Ph: Unsplash