Mindfulness en el trabajo: transforma la tensión en atención plena
Cuando tenemos tantos frentes abiertos, solemos sentirnos abrumados y tendemos a hacer multitasking. ¿Resultado? Lo resumiré con el dicho popular “quien mucho abarca poco aprieta”.
La efectividad y tu bienestar son inversamente proporcionales a tus ganas de abarcarlo todo. Un modo de ganar en salud y en productividad es practicar mindfulness en el trabajo.
Hoy tengo que entregar sin falta el reporte, la directora ya me lo ha pedido dos veces a lo largo de la mañana y eso que solo son las 10.30.
Tengo que hablar con el equipo porque “los de arriba” quieren solucionar el tema del nuevo proyecto cuanto antes.
¡Ah! Y tengo que llamar al proveedor antes de comer para que se pongan las pilas con el problema que tuvimos ayer.
Pues todo es tan urgente que no sé por dónde empezar.”
Estos eran mis pensamientos típicos cuando era mánager. Era el mix asegurado de un gran dolor de cabeza, precedido de estar tensa en mi sitio y apretando la mandíbula.
Un día mientras llevaba un rato concentrada en una de esas mil tareas, conseguí aliviar la presión y casi sin darme cuenta, el dolor de cabeza había desaparecido.
No more multistasking, todo lo contrario.
Antes de abrir el Excel de presupuestos – para nada mi actividad favorita- pensé: “al igual que cuando voy a meditación le presto atención a la respiración y consigo aliviar la presión, voy a hacer lo mismo ahora. Prestaré toda mi atención a la tarea que estoy haciendo”.
Apliqué la atención plena – el tan famoso mindfulness– al trabajo.
Respiré profundo antes de abrir el Excel y solo le presté atención a las cosas que estaba haciendo: ver como cargaba el Excel, como iba repitiendo las fórmulas, como tecleaba números, como se abría la carpeta donde tenía las facturas, como buscaba en el programa de contabilidad el número del pedido, etc.
Solamente me fijaba en lo que estaba haciendo en ese preciso momento.
No te creas que fue sencillo, mi cabecita a la que le aburren los números soberanamente, quería distraerse con un montón de cosas más entretenidas que cerrar el presupuesto anual.
Pensaba en dónde iríamos a la hora de la comida, en si había terminado de enviar el email a Carla o si sería mejor ponerme música mientras estaba haciendo el presupuesto.
Millones de pensamientos pasaban por mi cabeza pero decidí tomármelo con humor. Cada vez que algún pensamiento me distraía, sonreía y pensaba: “esta vez no me engañas, ahora es momento de números y ya está”
Después de un rato, era más fácil hacerlo y tras unos 20 minutos, estaba totalmente focalizada en la tarea ¡y sin dolor de cabeza!
Me había centrado tanto en todo lo que estaba haciendo que lo demás quedó en segundo plano y claro, mi cabeza se despejó bastante. No es igual estar a 20 cosas que a 1, es un descanso para la cabeza.
Es algo tan sencillo que a la vez se hace complejo pero de verdad que es muy efectivo, te invito a que hagas la prueba.
Si crees que solo con esto no te será suficiente porque no estás acostumbrado, puedes favorecer la atención plena con tres extras:
1- Justo antes de hacer la tarea, ve al baño a hacer unas respiraciones profundas, así te relajarás previamente.
2- Cuando estés en tu ordenador dile al equipo que te vas a supermegaconcentrar y que please, a no ser que sea super urgente no te molesten.
3- Por último, cógete una lista de Spotify de concentración – o ponte música cuya letra no entiendas para que no te enredes – y así te quitas del ruido exterior.
¡Quítate la presión de encima practicando la atención plena!
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